lunes, 10 de noviembre de 2014

Miles Davis - Bitches Brew [1970]



Al principio permanece oculto, sin que ninguno de los tres ojos vean la luz. Los bólidos rodantes, del tamaño de una casa lo asustan y al salir del charco, pega un salto y sale volando.
Ahora sus dos pares de mil ojos a cada lado indican donde está la ponzoña que se derrumba por todos lados, como si fuera el fin de los días y en esos cúmulos de suciedad está su alimento. En el momento justo en el que ese extraño tubo se apresta a despedir el letal chorro de químicos, logra meterse en la cabeza del atacante.
Ahora su visión se reduce, pero al mismo tiempo se hace incomensurable. Encerrado en esa superficie triangular, el único ojo a su disposición contempla su obra satisfecho, alejado de todo y de todos, despreocupado de que escribirán de él. Se duerme y ya nada más sabe de nada, desentendiendose de los que lo pensaron y de lo que puedan hacer. Es improbable que se olviden de él, por lo que puede quedarse tranquilo y seguir con sus siesta en el altillo.
Allí arriba, en el último anaquel, unas páginas en las que se relatan horribles misterios de conos rugosos con indescifrables maneras de comunicarse entre sí, perturban la imaginación de ellos, que escuchan esas fantásticas narraciones. Ellos escuchan. ¿Podrán escucharlo como antes? Es lo que menos importa, su forma ya es imposible de retener. Él ya no está y su forma se sigue alterando, deteniendose solo en la piel de quienes siguen escuchándolo.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Supersuckers - Get the Hell (2014)



Era en abril y en la terraza, con la idea fija en una decisión irrevocable, pelaron la superficie de todo lo que estaba por ahí, desordenado. Al caminar por esa terraza, durante dos minutos o más, daba la sensación de trasladarse por una superficie que se hacía cada vez más curva, como un huevo o una cabeza.
El ritmo tibio en una cacerola de esa pasta rosada que revuelven, revuelven y revuelven, no cesa ¿Será algún azucar acaramelado con colorante, chicle en estado puro o tal vez helado?
Mimí y su chiquito, en el piso de abajo, danzaban. Cada vez más alto, el volumen de esa melodía balcánica, se va decantando en su cabeza como un leit motiv, que ya por segunda vez sugiere algo que está por venir, algo que crece y se desarrolla.
Ella lo deja dentro, que juegue por ahí, donde guste. Sale a la calle a encargarse de unos recados cuando algo le quita de un plumazo esos pensamientos empalagosos de mañanas en las que el sol se filtra a través de todas las pantallas "¿Qué pasa?" Se pregunta antes de que pueda reaccionar y un segundo después se da cuenta de que es...
Ese sonido, rápido y furioso, como un cupido motorizado, que la cachetea en la cara como un pingüino mentolado y llega para cortar de cuajo su "tufo mental a calles".

domingo, 2 de noviembre de 2014

Anoushka Shankar - Traveller (2011)



"Pío, pío, pío. Pío pío, pí, íí". En un techito de tejas de unos 20 ctms, se posa. Sigue con ese píar y píar. Debajo se amontonan varias personas. La mayoría son mujeres, todas maquilladas desde sus casas y con su aspecto cuidado, para dar una buena impresión en algo. Es de día pero está un poco nublado. Los pocos hombres que hay reunidos en ese patio pequeñito y sin techo, están sentados por ahí. Uno de ellos, en un huevo semi abierto.
"Pío, pío". Sigue el canario, mientras busca alguna lombríz en esas macetas que están en el pasillo de entrada, estilo casa chorizo, antes de que lleguen las demás personas y lo espanten. Se ve que no tiene nombre, porque nadie lo llama. Y quizás eso sea mejor, en tiempos de "Carlos", o "Jesy", en nombre de perros, gatos y hamsters.
A las personas las hacen pasar a un salón grande con muchos posters, algunos de películas y otros en los que hay que adivinar las caras de alguna personas que deben ser famosas. El hombre de buzo con rayas violetas se para al lado de la mujer de pelo corto y ojos azules que le preguntó no se qué de un turno y unos números. Ambos están de acuerdo en que vuela, pero no logran llegar a un consenso sobre su color. "Parece tener la boca ancha (o el pico), pero ¿es de color magenta o púrpura?".
"Pío, pío, pí", se escucha desde afuera y un sonido de alas que se baten. El hombre parado junto a la mujer, piensa en decirle que si les van a dar esa charla otra vez, que les cuenten más detalles de lo que va a tratar la historia, pero al final no le dice nada.
Ya afuera de la casa, como por la manzana de al lado, se ve volar al canario. Alguna de esas personas piensa sobre crear algo que quedo, algo que viene y es mejor conocerlo, para ver que lindo que es.