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jueves, 11 de septiembre de 2014

Orphaned Land - All Is One - 2013


Perros que ladran. Son tres. Por las siluetas, parecen ser Doberman. Los sujetan con fuerza, puesto que los canes tironean para lanzarse a atacar. En ese momento, los otros tres policías entran con una fuerza desmesurada a la pequeña peluquería del centro de veraneo. Alrededor, todo es oscuridad y silencio de los que duermen, luego de un día apacible, sanguchitos conto al eucalipto y bochas a 21 puntos en la arena.
Luego de revolver el local del pobre inocente que de cuando en cuando, con su hijita ayudándolo, corta el pelo de quienes esperan "gustarles bien vestidos", o tan solo verse mejor, se llevan notebooks y algunos otros objetos de valor, presuntamente marcados como evidencias. Marchándose raudamente en un auto sin patente, uno de los uniformados comienza a silbar y lo primero que le sale como melodía reconocible, es un fragmento de la 9na de Ludvig van Beethoven.
Párpados pesados, que se sacuden la luz del sol que entra, imperturbable, los jeroglíficos se evaporan. Después de todo, el "Himno a la alegría", representó una certera crítica al falaz ecumenismo de la supresión de los antagonismos de clase, contenido en esa pretendida "unión de todos los pueblos".

miércoles, 16 de abril de 2014

Orphaned Land - The Never Ending Way Of ORwarriOR (2010)


Un manojo de nervios. Los esfínteres, el estómago, todo el cuerpo en pleno se encontraba en estado de tensión. A un lado, el agua cae a borbotones. Silencio. "¿Qué me pasa que hasta el ruido más insignificante me hiela de espanto?". Temía ser descubierto y comía su pan con urgencia y avidez.
En un momento de distracción, la realidad se le asemeja a una foto de gran calidad y siente un profundo placer. En ese momento de relajación momentánea, como un furtivo catalizador, aparece en un hueco la sombra de un animal que se devora a figuras indiscernibles, alguien reconocible, tal vez.
La fuga hacia ese lugar donde rugen las olas rompiendo en contra de la superficie, arroja la pista de algo que vale la pena reconocer para zambullirse en ese mar de variedades furiosas, como en las mil y una noches.

martes, 18 de marzo de 2014

Orphaned Land - Mabool (2004)


El ojo se hincha, golpea y empuja las paredes de la cuenca y se asoma por ese velo del que lo quieren convencer que tiene delante de la órbita. Como si fuera así de fácil para ese musculo redondo y gelatinoso; que su cosmovisión se pueda alterar y transformar como si con solo correr una cortina se tratara.
Debajo de las pestañas, las inflamaciones dejan lomas de burro por el camino que hacen tropezar y entorpecen el camino de las lágrimas, que a caballo del primer papa frita que se les cruza, las distrae de su objetivo de alerta y drama. Que tragedia.
El ojo te vigila, desde su altar eléctrico. Algunos nuevos trajes se calzan un gorro frigio y juzgan eléctricos mandatos que acatar. La verdad para esas pupilas no es la Gracia Divina, sino la de la interrelación de las partes; tal y como la de un gran alfajor triple que se devora ese ojo despeinado.
La realidad del colonialismo y el sometimiento de un pueblo entero, por parte de un sistema nacionalista disfrazado de democrático, está a la vista de cualquiera, en el S. XXI. Solo la unión de esos pueblos en contra del mandato explotador dará vuelta la tortilla de la opresión. Abrir los ojos.
Para quienes dicen que no hay nada nuevo bajo el solo que ilumina la tierra donde la canción es la misma, Orphaned Land es una banda que te brinda un original punto de vista al respecto; de que no todo es lo que parece y más vale cuidate porque te arrasan desde Medio Oriente.