Adrenalina de las cosas cotidianas, sin temerle demasiado al que dirán. Haciendo equilibrio sobre una hoja de papel con patas de rana y ropas empapadas. Con un manto de melancolía en un segundo o tercer plano, como una brisa de aire caliente o una sombra que podes ver de reojo. Pasandole el dedo a la pequeña llama que sale del fósforo, deseando que sea siempre sea roja su cabecita, o aunque sea que todo lo abrace en un rojo revolucionario que cambie las bases y los cimientos de lo que ya no puede ser el orden vigente.
Y en eso, una banda que no tenía muy en cuenta, te da muy buenos motivos para reírte cuando te dicen eso de que ya no hay nada
nuevo bajo el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario