Nunca leí
Cien años de soledad ni tampoco
El otoño del patriarca. Últimamente se siguen llenando las páginas que recuerdan la obra de Gabriel García Márquez y yo apenas leí ocasionalmente, algún fragmento de un texto suyo y alguna crónica.
Todavía no leí
Palomar o
Por último, el cuervo. Sin embargo, se que Italo Calvino es uno de los grandes de la literatura italiana y todavía me acuerdo de una escena de
La Dolce Vitta en la que se lo menciona como el más grande, después del Dante.
Tampoco leí todavía
On revolution, ni siquiera alguna página que se refiera a
Un informe sobre la banalidad del mal. Asi como Hannah Arendt, los autores mencionados y tantísimo otros que podría enumerar, es vastísimo lo
que uno podría recordar sobre lecturas pendientes. Se necesitarían varias vidas, como las de posibles reencarnaciones, para alcanzar a leer todo lo que uno quisiera.
Grandes clásicos, grandes obras que podes no conocer u otras que quizás reconozcas. Otras obras, de otro tipo,
también esperan del interesado y de la inquieta que anda detrás de un grato momento.
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