miércoles, 9 de abril de 2014

Flotsam And Jetsam - Ugly Noise (2012)


No hay ningún relojero detrás del reloj. ¿De otro modo, quién lo puso ahí? ¿Cómo es que fue designado para ese puesto? ¿Quién hizo a quién? Sofismas que no llevan a ningún lado. Unicornios, duendes con oro en una olla al final del camino. Lo que sea, mientras no se trate de un sistema que imponga reglas de vida a nadie y se inmiscuya en decisiones que son de quienes son dueños de su cuerpo y no buscan otra cosa que el progreso para sí y sus iguales.
Desde la explosión inicial inicial, hay una duda aún no resuelta. ¿Todo lo que conocemos, se está expandiendo indefinidamente o eventualmente se va a empezar a contraer hasta vaya a saber que punto, la implosión inexorable?
Al abrir los ojos, resulta que lo que parecía tangible, al alcance de la mano, acelera a tal punto que se desvanece y solo una bruma aterciopelada que trae dulces recuerdos, se resiste a desaparecer del todo. La velocidad es inconmensurable y luego de verla habitualmente, ella deja su rastro de calor. La materia de discusión coincide en concluir en que si se puede superar los límites de lo que aparentaba ser predeterminado, un mínimo de trascendencia se habrá logrado.
Después de tanto desgaste, por fin el momento de parar la pelota y pensar la próxima jugada; de hacer borrón y cuenta nueva. Después de todo, hay que animarse a un nuevo trago que te llena de energía, que aplasta la masa a la velocidad de la luz. Y cuando todo eso se borre de un plumazo, vuelven unos viejos conocidos.

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