Abrázame fuerte. Es un pequeño pero intenso momento. Abrázame fuerte. En ese instante, se vencen las murallas y las puertas de los castillos se abren de par en par. Se produce una clara comunión entre las miradas. Ese puente directo entre las miradas decreta que no hay peajes, censuras, ni nada con lo que trastabillarse. Es el momento.
Inesperadamente, corre fuerte el viento del oeste. Abrázame fuerte. Los labios empiezan a danzar y a cantar, como atraídos por el entrevero del encuentro en un 2 x 4. Abrázame fuerte. La magia se produce y lo envuelve todo con papeles de un hondo bordó satinado. La magia se siente salir hasta por los poros. Las bocas, frente a frente, se reconocen en un mar de espuma que derriba castillitos de arena a su paso; las bocas se corretean por patios de ansiedad y placer.
Abrázame fuerte;
parecieran susurrarte al oído el entrelazado de una voz y un conjunto de cuerdas, que salen a tu encuentro.
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