Llueve. El sol está oculto. Sin embargo, la realidad opresiva no está oculta detrás del velo de la enajenación de quienes producen la riqueza social. Llueve y es, en cambio, el entramado simbólico de relaciones en una organización social en la que imperan las leyes del mercado, lo que se hunde hasta la raíz y hay que extirpar, con una perspectiva de poder. Darle fin a la explotación del hombre por el hombre.
Llueve y recuerdo imágenes de alguien muy importante sentado en su sillón favorito, con una copa de algo, manteniendo los ojos cerrados, sintiendo y escuchando algo del mejor Jazz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario